viernes, 17 de diciembre de 2010

Nadie nos puede parar


Personalmente es una de las pocas cosas que me faltaban por hacer esta temporada y en estos últimos días del año reuní toda la poca fuerza que me quedaba y me lancé, ¿porqué no voy a poder correr una media maratón?.
Pues dicho y hecho, junto al único intrépido corredor de Punto de Encuentro (Miguel Ángel) terminamos la media Maratón "Villa de Torre Pacheco", Miguel Ángel hizo un tiempazo, sin haber entrenado tanto como le hubiera gustado, 1h. 32' yo creo que nunca podré hacer ese tiempo ni aunque me den un patinete, me conformo con 1h. 41' considerando mi inexperiencia, solo mi deseo de acabar y mi instinto competitivo es un resultado muy positivo. Luego me tomé la revancha y le gané en la ingesta de cervezas, ahí no tengo rival.
Este año me he llevado muchas sorpresas, pensando que después de haber acabado la Almudayna (MTB) en 2009 me podría enfrentar a todo, así que me lancé a por ello, pero cual fue mi sorpresa al descubrir que terminar la ruta de las fortalezas, un Triatlón (Spring y Olímpico no te digo nada), travesías a nado, varios cross, un duatlón y una media maratón, no le tienen nada que envidiar, ¿cual de ellas más dura?, pues no se que decirte cada una tiene su saborcillo característico que al acordarte hace que te relamas de gusto y no olvides esa experiencia, es como intentar decidir si quieres más a tu hijo o a tu hija.
Esta prueba tenía un cierto aliciente añadido, al ser en Torre Pacheco, que está tan cerca de nuestra Palma, nos sentíamos como casi locales, más yo que trabajo allí. En la carrera participaron cerca de 800 currantes (porque eso si que es trabajar), los primeros kms te los tomas con moderación porque aún quedan muchos y ves como te pasan por todos lados (yo pensaba ya caerán, pero no, no cayeron los cabrones/as), más altos, más bajos y hasta más gordos que yo, eso si que me jodió y aumenté el ritmo un poquito, llegando casi a la mitad de carrera me empezaron a doler las rodillas como nunca y se me pasó por la cabeza que no podría llegar, pero un poco después pasamos por una calle paralela a la rambla y me encontré a mi mujer (fue una aparición divina, un ángel) que me dio un gel de estrangis, que alegría, me refiero a verla, pero el gel me puso las pilas y volví a subir el ritmo hasta que a los dos km. se le acabaron los efectos alucinógenos del azúcar y me enfrenté otra vez con la dura realidad, últimos 5 kms, ufffs la espalda, los pies, las rodillas y el alma estaba hecho polvo, pero de repente me veo a un energúmeno (Perkins), diciendo: "vamos, vamos, que no se diga que eres del punto de encuentro" o eso creo recordar yo, todos los coleguillas del punto de encuentro animando, creo que me sentó mejor que el gel, me dio las fuerzas suficientes para decidir que fuera como fuere tenía que terminar y así aguanté hasta el Km. 19 y a partir de ahí dije: "aquí me vacío" y aumenté ritmo y zancada durante un km. y pico adelantando por lo menos a 20 corredores, al final entrada final exhausto, como a mi me gusta.
Bueno, reiteramos nuestro agradecimiento a todos aquellos que nos animaron porque ese aliento final que te falta es el que te proporciona el calor de los compañeros que vienen a animarte, muchas gracias de parte de Miguel y mías. También por supuesto, gracias a la familia por apoyarte no solo en la carrera que es lo más bonito, sino también en los entrenamientos y en el día a día.
Nos vemos en el siguiente reto.

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